Es el espacio con características más modernas de los restaurantes que llevan el nombre de El Cardenal. El comedor hace gala de la esencia nacional con una bella vitrina hecha de barro negro, en la que se exhiben piezas de arte popular.  Su apertura, en agosto de 2006,  tuvo fundamental importancia para la organización del restaurante, en virtud de que éste por primera vez salía del Centro Histórico, en el que había concentrado toda su experiencia profesional. Desde que nació en aquel modesto inmueble de la calle de Moneda hasta la apertura de este  establecimiento, mediaba no sólo la distancia que separaba al centro de la Lomas de Chapultepec, sino un largo camino lleno de retos al que se sumaba enfrentar el crecimiento con tres unidades abiertas, sin disminuir la calidad de sus platillos y sin dejar de ser fiel a los procesos tradicionales de la cocina mexicana.

En este establecimiento El Cardenal, en sus afanes de contribuir al rescate de la cocina mexicana, abrió por primera vez sus puertas al visitante para mostrarle uno de sus procesos ancestrales: la elaboración del nixtamal.

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